Depresión

Actualmente parece que se vive en la época de la Depresión generalizada. Y es que cada vez más personas se enfrentan ante este delicado trastorno caracterizado por el abatimiento emocional. La prevalencia de esta enfermedad a nivel mundial resulta un indicador bastante alarmante. De acuerdo a diferentes investigaciones, uno de cada veinte individuos ha sufrido esta enfermedad a lo largo de su vida. Por su parte, en Colombia la Depresión se ha convertido en una de las problemáticas de Salud Mental con mayor alcance durante las últimas décadas. Además, esta patología es considerada una de las principales causas de discapacidad de los lugareños; si bien es cierto que este trastorno afecta especialmente a las mujeres, también es innegable que la incidencia en niños y adolescentes se acrecienta, y que el riesgo de suicidio sigue siendo un tema realmente preocupante.  Entonces, cabe preguntarnos ¿En qué consiste la Depresión?

¿Qué es la depresión?

Se puede considerar como un trastorno psicopatológico que interfiere y deteriora la vida del afectado y también de sus familiares. A diferencia de la tristeza o de cualquier estado anímico voluble y pasajero, debe asumirse como una condición incapacitante, persistente, y severa en la que el paciente se siente cada vez más pesimista y desesperanzado.

depresión

Pocas enfermedades mentales implican el intenso nivel de sufrimiento que experimentan las personas deprimidas. El desgano emocional es tan fuerte que el paciente se abandona a sí mismo, se autocastiga, pierde la voluntad, e incluso se siente incapaz de tener experiencias placenteras.

La Depresión y la Tristeza

Para comprender adecuadamente el estado depresivo se hace necesario reconocer las diferencias entre este trastorno y la tristeza. Esta última es una reacción natural, transitoria y propia del ser humano ante situaciones dolorosas. Cuando una persona se siente triste experimenta sentimientos tales como: la melancolía, el desgano, la soledad, el desánimo, entre otros. Se dice que la tristeza se genera a partir de un acontecimiento o vivencia de carácter negativo que justifica su existencia. Contrariamente, la depresión  implica un cuadro clínico patológico. Es claro que no se trata de  una fluctuación emocional pasajera, es una enfermedad compleja dada por una afectación  duradera, que de no ser tratada a tiempo puede tener graves consecuencias, e incluso conllevar al suicidio.  

¿Qué aspectos causan los estados depresivos?

En cuanto a las causas que generan esta enfermedad, no existe un factor único desencadenante.  Diversos estudios señalan que el origen de la depresión debe ser entendido de manera multifactorial, es decir, que tanto los aspectos bioquímicos, hereditarios, ambientales y psicológicos pueden incidir.

Numerosas pruebas han revelado que la depresión puede generarse debido a un trastorno en el funcionamiento del cerebro. En este sentido, las aéreas encargadas de la regulación de los aspectos comportamentales, cognitivos y afectivos no funcionan cabalmente. De hecho, los neurotransmisores tales como: la dopamina, la norepinefrina, y la serotonina que contribuyen a la comunicación de las neuronas se encuentran fuera de balance.

Por otro lado, los especialistas también consideran que la predisposición hereditaria es  un factor relevante en algunos casos de depresión. Sin embargo,  esta tendencia de ‘generación en generación’ no es absoluta, ni determinante. Puede que una persona con predisposición genética jamás padezca dicha enfermedad, de igual modo, puede que una persona sin antecedentes familiares desarrolle este cuadro clínico.  En este sentido, es importante evitar sugestiones.

Es de agregar que las relaciones intrapersonales (consigo mismo) e interpersonales (con otras personas) pueden tener notables repercusiones en este trastorno médico. Los ambientes y las cargas afectivas normalmente inciden en las reacciones de los sujetos. De hecho, cualquier persona que confronte una circunstancia dolorosa, un episodio estresante o un evento traumático (ejemplos: la muerte de una persona allegada, una ruptura de una relación de pareja, violencia doméstica) puede deprimirse.

Síntomas de depresión

Es importante expresar que la depresión puede incidir y alterar los estados anímicos, los comportamientos y los pensamientos. El cuadro clínico de esta enfermedad suele ser complejo. Entre sus síntomas se encuentran:

  • En lo afectivo: Los pacientes experimentan sentimientos como el desconsuelo, la tristeza patológica, el desánimo, la apatía, la ansiedad, la culpa y la impotencia ante los retos de la vida;
  • En lo cognitivo: Tienen pensamientos nocivos de sí mismo, y especialmente del porvenir. Pueden generarse pensamientos suicidas;
  • En lo conductual: Presentan comportamientos evasivos y actitudes pasivas. Los afectados evitan los encuentros sociales, detienen bruscamente sus oficios habituales. Pierden el interés por quehaceres y distracciones que normalmente les satisfacían. Los pacientes depresivos con tendencias suicidas empiezan a tener comportamientos imprudentes y riesgosos.
  • En lo físico: Existen distorsiones del apetito (comer en exceso o dejar de alimentarse), problemas para conciliar el sueño, malestares hipocondriacos, se hace evidente la falta de energía y la fatiga.  

¿Qué es la Depresión Severa? 

La depresión severa o clínica es un trastorno que afecta los estados anímicos y que produce serios problemas conductuales y cognitivos (pensamientos) en los pacientes. Normalmente, este tipo de depresión comienza en la adolescencia  o en la adultez  (entre 15 y 30 años). No obstante, puede generarse también en niños y ancianos.

Tal como se ha afirmado esta patología produce el impedimento y la inhabilidad del individuo de seguir con normalidad su vida. Sus actividades, pasatiempos, relaciones y especialmente su salud son trastocados profundamente. Debe entenderse que, la depresión severa no es un episodio de tristeza, es una enfermedad que incapacita al sujeto. De hecho, si no se obtiene el tratamiento adecuado, el trastorno puede durar años e incluso llevar a la muerte del paciente. 

Entre los trastornos depresivos más recurrentes también se incluye la distimia, la cual es una patología menos severa que la depresión clínica. Su duración puede variar, pero usualmente se hace presente por dos años o más. Ciertamente, ésta modalidad es menos aguda, sin embargo, también interfiere en el desenvolvimiento del sujeto. Aunque  no lo incapacita completamente, la persona está en conflicto y sufre.

Tratamientos para el Trastorno Depresivo

Esta enfermedad se puede tratar desde la farmacología o la psicología de acuerdo a los requerimientos específicos de cada paciente. En ocasiones será necesario hacer uso de ambos métodos para confrontar casos clínicos severos. De acuerdo a diferentes estudios, la combinación de un tratamiento psicológico con una adecuada prescripción médica puede contribuir a disminuir las probabilidades de recaídas depresivas en un futuro.

Tratamiento farmacológico: Antidepresivos

Es importante explicar que los antidepresivos tienen el objetivo de normalizar neurotransmisores tales como: la serotonina, la norepinefrina y la dopamina, sustancias propias del cerebro encargadas de la regulación de los estados anímicos. Vale acotar que, sea cual sea la clase de antidepresivo medicado, los individuos deben atender prudentemente al tratamiento por los menos un mes para que comience a surtir efecto. En este sentido, la frecuencia y la periodicidad de las dosis resultan de vital importancia para su funcionamiento. 

  • Antidepresivos Tricíclicos (TCAs): Dichos antidepresivos han sido ampliamente reconocidos por su eficacia. De hecho, se han convertido en los tratamientos clásicos de la enfermedad. Normalmente se utilizan en casos de depresión clínica. Vale señalar que esta medicación contribuye a mejorar el ánimo y la conducta del sujeto. Entre éstos figuran: Amitriptilina (Amititril), Imipramina (Antipress), Nortriptilina (Pamelor), Doxepina (Sinequan), entre otros.
  • Inhibidores de la Monoaminooxidasa (IMAO): Frecuentemente se usan en pacientes que padecen depresiones "atípicas" y problemas generalizados de ansiedad. Es probable que estos sujetos duerman excesivamente, se irriten con facilidad, sean hipocondriacos e incluso pueden verse afectados por algunas fobias. Entre estos medicamentos se encuentran: Fenelzina (Nardil) y Sulfato de tranilcipromina (Parnate).
  • Inhibidores selectivos de la reabsorción de la serotonina (SSRIs): Este tratamiento está orientado a regular la serotonina. En general, goza de mayor popularidad y aceptación en la actualidad que los Antidepresivos Tricíclicos y los Inhibidores de la Monoaminooxidasa ya que produce menos efectos secundarios; los más conocidos son: Fluoxetina (Prozac), Paroxetina (Paxil), Citalopram (Celexa), por mencionar algunos.

Es de resaltar que, los pacientes de depresión clínica y sus familiares deben tener especial cuidado y atención en la primera fase del tratamiento farmacológico. Al inicio, los medicamentos contribuyen a que el paciente recupere su energía y vigor. Sin embargo, su estado anímico todavía estará afectado y voluble, por tal razón, existe un alto riesgo de suicidio.

Tratamiento Psicológico para la Depresión: Terapia

Existen diferentes clases de ‘terapias de diálogo’ orientadas a los pacientes depresivos, tales como las Terapias Cognitivas y Conductuales. Es importante indicar que, por lo general los casos de depresión moderada se resuelven exitosamente mediante estas sesiones interpersonales. Con relación a la duración de las mismas, esta dependerá del estado y las necesidades del sujeto afectado.

Terapia Cognitiva

Esta tiene el propósito de reeducar al paciente. En este sentido, se busca enseñar nuevas formas de pensar que le permitan al afectado enfrentar su vida desde una perspectiva real y positiva. Además, durante estas sesiones se trabaja en la confrontación y superación de sentimientos negativos como: la culpa, el pesimismo, y en especial la tristeza persistente. El terapeuta ayuda al sujeto a identificar y replantear los pensamientos y esquemas depresógenos (acerca de sí mismo, del mundo y del porvenir), a partir de allí trabajan en un cambio significativo.  

Terapia  Conductual

La Terapia de Conducta se sirve de un psicodiagnóstico y de un método terapéutico práctico para abordar al paciente.  Entre los procedimientos más efectivos se encuentran:

1) El Programa de Actividades Agradables: Consiste en el entrenamiento asertivo y el desarrollo de técnicas conductuales que mejoren las diferentes interacciones de la persona tratada. Este programa capacita al individuo en cuanto a la solución de problemas, técnicas de relajación y meditación, toma de decisiones, manejo de comunicaciones interpersonales, e incluso se hacen recomendaciones con relación a la valoración y el rendimiento del tiempo.

2) Entrenamiento de Habilidades Sociales: Este programa fue creado para mejorar tres tipos de comportamientos específicos: la aserción negativa, la aserción positiva y las habilidades conversacionales. Es importante entender que, por medio de la aserción negativa, las personas están en la capacidad de defender sus criterios y velar por sus intereses, al tiempo en que son consideradas y tolerantes con otros; en cuanto al entrenamiento de aserción positiva, el paciente aprenderá a expresar sentimientos positivos y reforzadores a los demás. Finalmente, el mejoramiento de habilidades conversacionales y de comunicación facilitará los procesos de socialización y de integración del enfermo. A través de esta estrategia, el terapeuta realiza recomendaciones clave acerca de la iniciación de una conversación, la realización pertinente y prudente de preguntas, la revelación adecuada y sincera de sí mismo, e incluso hasta el cierre apropiado de los encuentros sociales.

3) El Curso para el Afrontamiento de la Depresión (CAD): Es un programa psico-educativo basado en el texto ‘Control your depression’ (1978). En dicho curso el experto figura como un profesor, mientras que, los asistentes son más estudiantes que pacientes. El contenido programático se sirve de los procedimientos terapéuticos más reconocidos y eficaces. Actualmente, el curso se aplica a todos los interesados, desde adolescentes, cuidadores de mayores, hasta ancianos. 

4) La Terapia de Autocontrol de Rehm:

Esta terapia está enfocada en fallas específicas de la conducta. El procedimiento consiste en el autoseguimiento, la auto-evaluación y el auto-reforzamiento para modificar las conductas nocivas que deprimen al individuo.

5) La Terapia de Solución de Problemas: Esta terapia parte de la premisa de que algunos casos de depresión se producen ante la presencia de situaciones conflictivas que el paciente no sabe o no puede confrontar. Por tal razón, el adiestramiento en resolución de problemas puede contribuir a lidiar satisfactoriamente estos episodios.

6) La Terapia Conductual de Pareja: Este programa atiende los problemas depresivos desde un contexto interpersonal. Aquí la relación díada es fundamental. En este sentido, el terapeuta debe evaluar si existe alguna clase de vínculo entre las dificultades de la pareja y la depresión del afectado. Si efectivamente se constata que existe una asociación entre la insatisfacción marital y el trastorno, el experto trabajará especialmente en las habilidades de comunicación y de negociación de la pareja. De igual modo, sugerirá el aumento de actividades placenteras y la reestructuración de expectativas entre los pares. 

 

Psicólogos de Bogotá expertos en depresión



Autor: © PSIGUIDE